Alejándonos
de los trastornos de la conducta alimentaria que todos conocemos (anorexia y
bulimia), me he propuesto buscar algunos trastornos de la alimentación algo más
raros y poco conocidos:
Trastorno
por Atracón
Aunque
no es raro, no es tan conocido como la anorexia y la bulimia. En este
trastorno, la persona ingiere una cantidad desorbitada de comida en poco tiempo
(aun cuando se sienten completamente llenos, siguen comiendo), pierden el
control en su forma de comer y engordan muchísimo. Muchos creen que esto es lo
que ocurre en la bulimia nerviosa, pero en la bulimia, después del atracón,
recurren a la purga (vomitando), usando laxantes o con un ejercicio físico
excesivo, mientras que en el trastorno por atracón no.
Mucha gente con este trastorno, utiliza la comida como modo de sobrellevar emociones o sentimientos incómodos para ellos. Utilizan la comida como un camino para canalizar el estrés, pero al sentirse culpables y tristes por no poder controlarse, aumenta su estrés y continúa el ciclo.
Mucha gente con este trastorno, utiliza la comida como modo de sobrellevar emociones o sentimientos incómodos para ellos. Utilizan la comida como un camino para canalizar el estrés, pero al sentirse culpables y tristes por no poder controlarse, aumenta su estrés y continúa el ciclo.
Pica
Este
trastorno aparece en niños que normalmente tienen retraso mental y otros
trastornos del desarrollo.
Se trata de comer sustancias no nutritivas, como pintura, yeso, pelos, hojas, tierra,…) sin que exista una aversión por lo que come.
No es un trastorno raro en los niños de edad preescolar (de hecho, recuerdo que a un compañero mío le encantaba la tiza y las gomas, jajajaja).
Se trata de comer sustancias no nutritivas, como pintura, yeso, pelos, hojas, tierra,…) sin que exista una aversión por lo que come.
No es un trastorno raro en los niños de edad preescolar (de hecho, recuerdo que a un compañero mío le encantaba la tiza y las gomas, jajajaja).
Trastorno
de Rumiación (NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES)
Como
en la Pica, suele darse en niños pequeños y en personas con retraso mental.
Consiste en vomitar la comida ya ingerida (vuelven a la boca pero sin náuseas y arcadas), en volver a masticar el alimento y volver a tragarlos o a arrojarlos afuera.
Consiste en vomitar la comida ya ingerida (vuelven a la boca pero sin náuseas y arcadas), en volver a masticar el alimento y volver a tragarlos o a arrojarlos afuera.
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