27 de junio de 2016
¡Peligro! Tabaco.
Y ahora averigua cuál de ellos es el adictivo.
No, no es sólo la nicotina. Al tener más de 4000 componentes, entre ellos amoníaco, arsénico, metanol, butano, uretano, cualquiera de ellos podría ser adictivo además de la nicotina, además de potencialmente cancerígeno.
A parte de aumentar de manera significativa el riesgo de padecer cáncer, el tabaco consumido de manera habitual puede ser un factor de riesgo para desarrollar Alzheimer por cómo actúa sobre los vasos sanguíneos, debilitándolos y deteriorándolos.
¿Cómo actúa la nicotina en el cerebro?
La nicotina actúa sobre los receptores nicotínicos o colinérgicos, muy abundantes en el hipocampo. su capacidad adictiva se relaciona con la influencia que ejerce la activación de neuronas colinérgicas sobre las dopaminérgicas. La nicotina afecta directamente sobre los receptores colinérgicos, sustituyendo la acetilcolina a nivel funcional y ocupando su receptor. Teniendo un efecto potente sobre la dopamina, aumentando su liberación en el núcleo accumbens (centro del placer y recompensa).
Los efectos de la nicotina a corto plazo tienen un efecto positivo como la mejora de la capacidad de atención, sensación subjetiva de relajación o aumentar el nivel de alerta entre otros. Sin embargo, aunque parezcan efectos beneficiosos, el aumento de la probabilidad de causar cáncer y de padecer Alzheimer hacen que se equilibre la balanza hacia el lado negativo de sus efectos.
Drogas y cerebro: alcohol.
Estamos acostumbrados a la imagen del alcohol como algo normal en nuestras vidas, acostumbrados a ver o a hacer botellonas, a emborracharte en las celebraciones. El alcohol es consumido desde adolescentes hasta ancianos. Un estudio de la OMS señala que los individuos mayores de 15 años consumen de media global un total de litros de alcohol puro por año.
Pero, ya que concebimos el abuso de alcohol como algo normal, qué menos que saber cuáles son sus efectos y sus consecuencias.
Los efectos del alcohol son tanto sedativos, ya que es un agonista del neurotransmisor inhibidor GABA, como excitador por la liberación de dopamina en el núcleo accumens (placer y recompensa).
A nivel cerebral, el alcohol incide sobre la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) y a la atrofia cerebral, aumento de los ventrículos y reducción del tamaño del córtex prefrontal (raciocinio, personalidad, toma de decisiones...).
En las siguientes imágenes, a la izquierda se muestran los cerebros de personas normales y, a la derecha, cerebros de personas adictas al alcohol.

Los receptores sobre los que actúa el alcohol en el sistema nervioso central son los GABAérgicos y los NMDA. Aumentando la neurotransmisión inhibitoria, por ejemplo, en el cerebelo, provocando la falta de coordinación motora.
El alcohol es una droga, tiene una indudable implicación en la alteración del organismo (incluyendo el sistema nervioso) y su potencial adictivo. Cuando una persona consume alcohol durante un periodo de tiempo y con una cantidad suficiente como para alterar el ritmo normal u homeostasis del organismo, llega a un punto en el que su cuerpo se habitúa a la exposición repetida a estas dosis, por lo que su cuerpo se modifica para adaptarse a las cantidades introducidas de alcohol. La consecuencia de esto, es que cuando esta persona deja de ingerir alcohol, desarrolla el síndrome de abstinencia, ya que rompe el equilibrio del oganismo. Los efectos aversivos de este síndrome de abstienencia son los responsables de que las personas se hagan adictas al alcohol, ya no tanto por lo placentero de consumirlo, sino para mantener una actividad normal y evitar un estado tan desagradable y aversivo.
Este síndrome de absitencia tiene síntomas que van desde lo fisiológico a lo conductual, como temblores, sudoración, hipertensión arterial y taquicardias, hasta síntomas cognitivos como obnubilación y delirios, angustia y ansiedad. Incluso puede darse el caso de que la persona llegue a un estado de hiperexcitabilidad del organismo o falta de hidratación y muera.
Pero, ya que concebimos el abuso de alcohol como algo normal, qué menos que saber cuáles son sus efectos y sus consecuencias.
Los efectos del alcohol son tanto sedativos, ya que es un agonista del neurotransmisor inhibidor GABA, como excitador por la liberación de dopamina en el núcleo accumens (placer y recompensa).
A nivel cerebral, el alcohol incide sobre la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) y a la atrofia cerebral, aumento de los ventrículos y reducción del tamaño del córtex prefrontal (raciocinio, personalidad, toma de decisiones...).
En las siguientes imágenes, a la izquierda se muestran los cerebros de personas normales y, a la derecha, cerebros de personas adictas al alcohol.

Los receptores sobre los que actúa el alcohol en el sistema nervioso central son los GABAérgicos y los NMDA. Aumentando la neurotransmisión inhibitoria, por ejemplo, en el cerebelo, provocando la falta de coordinación motora.
El alcohol es una droga, tiene una indudable implicación en la alteración del organismo (incluyendo el sistema nervioso) y su potencial adictivo. Cuando una persona consume alcohol durante un periodo de tiempo y con una cantidad suficiente como para alterar el ritmo normal u homeostasis del organismo, llega a un punto en el que su cuerpo se habitúa a la exposición repetida a estas dosis, por lo que su cuerpo se modifica para adaptarse a las cantidades introducidas de alcohol. La consecuencia de esto, es que cuando esta persona deja de ingerir alcohol, desarrolla el síndrome de abstinencia, ya que rompe el equilibrio del oganismo. Los efectos aversivos de este síndrome de abstienencia son los responsables de que las personas se hagan adictas al alcohol, ya no tanto por lo placentero de consumirlo, sino para mantener una actividad normal y evitar un estado tan desagradable y aversivo.
Este síndrome de absitencia tiene síntomas que van desde lo fisiológico a lo conductual, como temblores, sudoración, hipertensión arterial y taquicardias, hasta síntomas cognitivos como obnubilación y delirios, angustia y ansiedad. Incluso puede darse el caso de que la persona llegue a un estado de hiperexcitabilidad del organismo o falta de hidratación y muera.
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Drogas y cerebro,
Psicofarmacología
Drogas y cerebro: cocaína y estimulantes.
La cocaína se extráe a partir de una planta de la hoja de coca. Para obtenerla, se usa cal, ácido sulfúrico y querosseno. Cuando se aplican estas sustancias sobre la hoja de coca, ésta desprende una sustancia que es la cocaína.
Su acción en el cerebro es impedir la recaptación de dopamina, de tal forma que el nivel de este neurotransmisor se descontrola y sobrepasa su nivel habitual. Al no poder se recaptada, permanece más tiempo en el espacio sináptico sin posibilidad de vovler al botón presináptico. ¿Qué ocurre entonces? Que se produce una recompensa o gratificación inmediata incontrolada, resultando ser más gratificante que cualquier otro estímulo reforzante.
¿Cuáles son las repercusiones cerebrales y conductuales tiene la adicción a la cocaína?
Esta sustancia afecta negativamente a estructuras relacionadas con la capacidad de razonar, de memoria, de aprendizaje (también emocional), de procesos de toma de decisiones y a la capacidad de controlar nuestros actos. De manera general, incide sobre el sistema límbico (el sistema de las emociones). Afectando al núcleo accumbens (centro de la recompensa y el placer), al córtex prefrontal (sistema ejecutivo) y a la amígdala (emociones como el miedo).
Los efectos a largo plazo de consumidores de cocaína y sus derivados son dificultades de concentración, cuadros depresivos, incapacidad de buscar recompensas a largo plazo. En conclusión, se altera el funcionamiento normal del cerebro.
Cocaína y enfermedades mentales.
Parece existir una interesante relación entre personas con trastornos hiperactivos y la adicción a la cocaína. De hecho, el psicofármaco que se utiliza para el tratamiento de trastornos de hiperactividad, la ritalina, tiene un funcionamiento muy similar al de la cocaína. Las personas con hiperactividad necesitan recompensas inmediatas. Es por ello que es posible que la gran parte de los adictos a la cocaína la consuman para "automedicarse" o "tratar" otro problema subyacente: un trastorno hiperactivo.
Lo que probablemente no sepáis, es que el efecto de los antidepresivos es muy similar al de la cocaína, pero en vez de con dopamina, con serotonina.
Su acción en el cerebro es impedir la recaptación de dopamina, de tal forma que el nivel de este neurotransmisor se descontrola y sobrepasa su nivel habitual. Al no poder se recaptada, permanece más tiempo en el espacio sináptico sin posibilidad de vovler al botón presináptico. ¿Qué ocurre entonces? Que se produce una recompensa o gratificación inmediata incontrolada, resultando ser más gratificante que cualquier otro estímulo reforzante.
¿Cuáles son las repercusiones cerebrales y conductuales tiene la adicción a la cocaína?
Esta sustancia afecta negativamente a estructuras relacionadas con la capacidad de razonar, de memoria, de aprendizaje (también emocional), de procesos de toma de decisiones y a la capacidad de controlar nuestros actos. De manera general, incide sobre el sistema límbico (el sistema de las emociones). Afectando al núcleo accumbens (centro de la recompensa y el placer), al córtex prefrontal (sistema ejecutivo) y a la amígdala (emociones como el miedo).
Los efectos a largo plazo de consumidores de cocaína y sus derivados son dificultades de concentración, cuadros depresivos, incapacidad de buscar recompensas a largo plazo. En conclusión, se altera el funcionamiento normal del cerebro.
Cocaína y enfermedades mentales.
Parece existir una interesante relación entre personas con trastornos hiperactivos y la adicción a la cocaína. De hecho, el psicofármaco que se utiliza para el tratamiento de trastornos de hiperactividad, la ritalina, tiene un funcionamiento muy similar al de la cocaína. Las personas con hiperactividad necesitan recompensas inmediatas. Es por ello que es posible que la gran parte de los adictos a la cocaína la consuman para "automedicarse" o "tratar" otro problema subyacente: un trastorno hiperactivo.
Lo que probablemente no sepáis, es que el efecto de los antidepresivos es muy similar al de la cocaína, pero en vez de con dopamina, con serotonina.
Drogas y cerebro: cannabis.
Actualmente, una de las drogas más consumida por los jóvenes, después del alcohol y el tabaco, es el cannabis. Considerada como una "droga blanda" no provoca tanto temor consumirla como otras drogras. Pero realmente, ¿qué sabes sobre el cannabis?
En nuestro cerebro, existen unos receptores específicos y abundantes denominados "receptores cannabinoides" y en algunas zonas del cerebro su número es hasta 12 veces superior a los receptores de dopamina. Es nuestro sistema endocannabinoide y tiene entre sus funciones, la de regulación de la percepción de dolor.
Los neurotransmisores cannabinoides no existen como tales en el cerebro, sino que cuando éste lo necesita, se autofabrican utilizando la grasa de la superficie de las neuronas y pueden estimular a los receptores de cualquier neurona.
Pero, hablando del cannabis como droga, ¿cúales son sus efectos en la conducta de la gente?
Bajo los efectos del cannabis, los fumadores se vuelven eufóricos, ciertos dolores se disipan, aumenta la sensibilidad a los colores y a los sonidos, el recuerdo de sucesos recientes es menor, los movimientos se realentizan y se estimula el apetito.
¿Es una droga adictiva?
Una de las consideraciones por las que la sociedad la denomina como "una droga blanda" es porque no suele producir adicción. Sólo en un 1 o 2% de la población que consume cannabis es adictiva, pero suelen ser personas ya vulnerables con problemas psicológicos. El consumo de esta droga no conduce a una dependencia física, en el sentido de que abandonarla arrastre consecuencias físicas o psíquicas importante, pero puede llevar a un consumo abusivo y la pérdida del control de su consumo. A altas dosis, el cannabis puede llevar a una dependencia psicológica.
Cannabis y enfermedades.
Ya que esta droga hace el papel de exagerar o amplificar un fenómeno preexistente, los esquizofrénicos, ya de por sí predispuesto a la toxicomanía, consumen cannabis para experimentar sensaciones de euforia y de placer. Uno de los síntomas deficitarios de la esquizofrenia es la pérdida de la capacidad para experimentarlo. Además de todo ésto, el hecho de buscar un proveedor implica una sociabilidad, dando una pequeña tregua al aislamiento del esquizofrénico.
Sin embargo, a pesar de parecer beneficiosa para ellos, el consumo de cannabis exacerba los síntomas positivos como delirios y alucinaciones. Para las personas con predisposición a padecer esta enfermedad, el consumo de cannabis puede adelantar el inicio de la esquizofrenia e incluso aumentar el riesgo de padecerla en un futuro si se consume de manera habitual.
En el caso de enfermos de esclerosis múltiple, el uso de los cannabinoides tendría un efecto beneficioso su tratamiento, ya que favorece a la relajación, a la disminución de los dolores y a conciliar el sueño. De igual manera, los cannabinoides podrían utilizarse como tratamiento para dolores crónicos, diabetes, lesiones del sistema nervioso, amputaciones de miembros y, como psicofármaco, como tratamiento para la ansiedad y la depresión.
En nuestro cerebro, existen unos receptores específicos y abundantes denominados "receptores cannabinoides" y en algunas zonas del cerebro su número es hasta 12 veces superior a los receptores de dopamina. Es nuestro sistema endocannabinoide y tiene entre sus funciones, la de regulación de la percepción de dolor.
Los neurotransmisores cannabinoides no existen como tales en el cerebro, sino que cuando éste lo necesita, se autofabrican utilizando la grasa de la superficie de las neuronas y pueden estimular a los receptores de cualquier neurona.
Pero, hablando del cannabis como droga, ¿cúales son sus efectos en la conducta de la gente?
Bajo los efectos del cannabis, los fumadores se vuelven eufóricos, ciertos dolores se disipan, aumenta la sensibilidad a los colores y a los sonidos, el recuerdo de sucesos recientes es menor, los movimientos se realentizan y se estimula el apetito.
¿Es una droga adictiva?
Una de las consideraciones por las que la sociedad la denomina como "una droga blanda" es porque no suele producir adicción. Sólo en un 1 o 2% de la población que consume cannabis es adictiva, pero suelen ser personas ya vulnerables con problemas psicológicos. El consumo de esta droga no conduce a una dependencia física, en el sentido de que abandonarla arrastre consecuencias físicas o psíquicas importante, pero puede llevar a un consumo abusivo y la pérdida del control de su consumo. A altas dosis, el cannabis puede llevar a una dependencia psicológica.
Cannabis y enfermedades.
Ya que esta droga hace el papel de exagerar o amplificar un fenómeno preexistente, los esquizofrénicos, ya de por sí predispuesto a la toxicomanía, consumen cannabis para experimentar sensaciones de euforia y de placer. Uno de los síntomas deficitarios de la esquizofrenia es la pérdida de la capacidad para experimentarlo. Además de todo ésto, el hecho de buscar un proveedor implica una sociabilidad, dando una pequeña tregua al aislamiento del esquizofrénico.
Sin embargo, a pesar de parecer beneficiosa para ellos, el consumo de cannabis exacerba los síntomas positivos como delirios y alucinaciones. Para las personas con predisposición a padecer esta enfermedad, el consumo de cannabis puede adelantar el inicio de la esquizofrenia e incluso aumentar el riesgo de padecerla en un futuro si se consume de manera habitual.
En el caso de enfermos de esclerosis múltiple, el uso de los cannabinoides tendría un efecto beneficioso su tratamiento, ya que favorece a la relajación, a la disminución de los dolores y a conciliar el sueño. De igual manera, los cannabinoides podrían utilizarse como tratamiento para dolores crónicos, diabetes, lesiones del sistema nervioso, amputaciones de miembros y, como psicofármaco, como tratamiento para la ansiedad y la depresión.
28 de noviembre de 2015
NEUROPSICOLOGÍA
La neuropsicología es una rama de la psicología que se
encarga del estudio del sistema nervioso y su impacto en la conducta. Podemos encontrar
tres áreas de aplicación dentro de ésta:
- Neuropsicología clínica: relacionada con la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los pacientes.
- Neuropsicología conductual: se encarga de evaluar las funciones superiores a través de pruebas ideadas para ello, enmarcando los resultados en el modelo de la neuropsicología humana.
- Neuropsicología experimental: se dedica al
estudio y la investigación de las funciones cerebrales, especialmente en
situaciones de laboratorio.
La diferencia entre la psicología
clínica y la conductual radica en la metodología no conceptual, ya que la
primera tiene un papel activo sobre el paciente y la segunda sólo se centra en
la observación de la conducta del paciente con disfunciones cerebrales.
Entre los profesionales que buscan
supervisión neuropsicológica están tanto los neurólogos como los
neurocirujanos, ya que es de gran ayuda para el diagnóstico neurológico,
contando con numerosos métodos y procedimientos propios de evaluación de las
relaciones cerebro-conducta.
Las labores del neuropsicólogo
clínico son:
-
Identificar y localizar lesiones cerebrales y
diferenciar los trastornos neurológicos de los psiquiátricos.
-
Evaluar las consecuencias del daño cerebral y
ayudar en la rehabilitación posterior.
-
Identificar, cuantificar y describir los cambios
conductuales a partir del daño cerebral.
-
Valoración comprehensiva de conductas anormales
a anormales, siendo estas reflejos del funcionamiento cerebral.
-
Evaluar más extensamente y especializadamente el
daño neurológico, ya que el examen neurológico tradicional provoca un gran
número de falsos positivos y falsos negativos.
25 de noviembre de 2015
25 Noviembre: Día internacional contra la violencia de género
Como una
droga. Son como una droga para esas mujeres, saben que es malo para ellas pero
lo necesitan. Sienten que sin ellos no son nadie, que no hay nada más que
ellos. Aguantan miles de desprecios, aguantan enfados innecesarios, insultos y
golpes.
Se creen superiores por pegarles, se creen más hombres por demostrar su fuerza sobre ellas. Les humillan, les engañan, les hacen llorar lágrimas preciosas que no deberían de ser derramadas, les acosan y amenazan.
Ellas están encerradas en una cárcel sin barrotes, se sienten incapaces de huir, se sienten culpables, humilladas, desgraciadas, invisibles. Se avergüenzan de su situación y no lo cuentan. Temen a lo que la gente pueda decir de ella, temen ver la mirada de pena en los demás. Ellas son valientes y cobardes a la vez. Pero sólo la que logra salir, triunfa.
No entienden que a base de puños no se ganan ni la confianza ni la fidelidad. No entienden que el miedo no es amor. No entienden que una disculpa después de un golpe no significa nada. Si puso su mano encima de ella, volverá a hacerlo, sólo es cuestión de tiempo.
Sé más valiente que nunca, sé una mujer y páralo. No merece tus lágrimas, no tiene ningún derecho a pegarte, ninguno a insultarte, ninguno a humillarte. Ármate de valor, supérate a ti misma, imponte. Quien intente cambiar a alguien a base de golpes e insultos, tarde o temprano, obtendrá como resultado revolución. NO son superiores. NO lo necesitas. NO estás sola. ¡LIBÉRATE!
Ella te manipula, tiene celos por todo, no
te deja respirar, te insulta, se enfada por nimiedades, te menosprecia, te
manipula e, icluso, a veces, te golpea. La violencia de género también incumbe
a los hombres. Por desgracia, aunque no lo creáis, este tipo de maltrato
psicológico es uno de los más aceptados en nuestra sociedad. El que una mujer
controle a su pareja, tenga celos y le insulte, no se suele considerar como
maltrato psicologico, pero lo es. Ella no te quiere más porque te controle, te
mire el movil y se enfade si hablas con otras personas. No eres menos hombre
por sufrir esta situación, ni ella más mujer por hacerlo. Tienes derecho a
poder denunciar tu situación, tienes derecho a que se te reconozca y a que te
protejan. NO son superiores. NO la necesitas. NO estas sólo. ¡LIBÉRATE!
Tanto hombres como mujeres tienen derecho a tener relaciones de parejas sanas, con respeto y amor, libres de miedo y dolor.
Se creen superiores por pegarles, se creen más hombres por demostrar su fuerza sobre ellas. Les humillan, les engañan, les hacen llorar lágrimas preciosas que no deberían de ser derramadas, les acosan y amenazan.
Ellas están encerradas en una cárcel sin barrotes, se sienten incapaces de huir, se sienten culpables, humilladas, desgraciadas, invisibles. Se avergüenzan de su situación y no lo cuentan. Temen a lo que la gente pueda decir de ella, temen ver la mirada de pena en los demás. Ellas son valientes y cobardes a la vez. Pero sólo la que logra salir, triunfa.
No entienden que a base de puños no se ganan ni la confianza ni la fidelidad. No entienden que el miedo no es amor. No entienden que una disculpa después de un golpe no significa nada. Si puso su mano encima de ella, volverá a hacerlo, sólo es cuestión de tiempo.
Sé más valiente que nunca, sé una mujer y páralo. No merece tus lágrimas, no tiene ningún derecho a pegarte, ninguno a insultarte, ninguno a humillarte. Ármate de valor, supérate a ti misma, imponte. Quien intente cambiar a alguien a base de golpes e insultos, tarde o temprano, obtendrá como resultado revolución. NO son superiores. NO lo necesitas. NO estás sola. ¡LIBÉRATE!

Tanto hombres como mujeres tienen derecho a tener relaciones de parejas sanas, con respeto y amor, libres de miedo y dolor.
Hoy es 28 de noviembre: Día
Internacional Contra La Violencia de Género.
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